Biden no dio prioridad a conversaciones Israel-palestinos, y la región paga el precio según árabes

Autor: Nelisa Reyes Cardalda
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President Joe Biden responds to reporter’s questions during a meeting on efforts to lower prices for working families, in the East Room of the White House in Washington, Monday, Jan. 24, 2022. (AP Photo/Andrew Harnik)

 (AP) — Desde sus primeros meses en el cargo, el gobierno del presidente Joe Biden tomó una decisión particular sobre su política en Oriente Medio: no daría prioridad a medio siglo de esfuerzos de de gran repercusión de los presidentes estadounidenses anteriores, en particular los demócratas, para negociar un acuerdo de paz amplio y duradero entre Israel y los palestinos.

Desde Richard Nixon, los gobiernos estadounidenses han probado su suerte en cumbres como la de Camp David, los viajes de diplomáticos entre capitales enfrentadas y otros intentos importantes para convencer a los líderes israelíes y palestinos de entablar conversaciones para resolver las disputas que subyacen tras 75 años de tensiones en Oriente Medio. Entre los presidentes recientes, Joe Biden es quien menos lo ha hecho.

En cambio, los funcionarios de su gobierno esbozaron desde el principio lo que llamaron la política de diplomacia discreta de Biden: abogaron por mejoras más modestas en las libertades y condiciones de vida de los palestinos bajo el gobierno intransigente del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, que ha alentado los asentamientos en la Cisjordania ocupada por Israel y que incluye socios de coalición que se oponen a la solución de dos Estados respaldada por Estados Unidos. El enfoque menos ambicioso encaja con la decisión de Biden de virar su atención en política exterior, de los puntos conflictivos de Oriente Medio a China.

Pero los riesgos a largo plazo de marginar el conflicto palestino-israelí volvieron a surgir con el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre y la respuesta israelí con un bombardeo intenso a Gaza. Los socios árabes de Estados Unidos señalan con furia la falta de participación activa de Estados Unidos ahora que la violencia palestino-israelí vuelve a ocupar un lugar protagónico.

La sangrienta incursión de los extremistas de Hamas y la intensificación de la respuesta militar de Israel, que han causado la muerte de miles de civiles en Israel y Gaza, han llevado a Biden a enviar portaviones a la región y amenaza con la extensión del conflicto y oleadas de refugiados palestinos a través de las fronteras.

Este fin de semana, en El Cairo, el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sissi fue uno de una sucesión de líderes árabes que advirtieron a Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, quien recorre las capitales de Oriente Medio para tratar de contener el conflicto, que la guerra entre Israel y Gaza amenaza la estabilidad de todo Oriente Medio.

Es probable que Biden escuche lo mismo cuando se reúna con los mandatarios de Jordania, Egipto y la Autoridad Palestina en Jordania el miércoles, después de viajar a Israel.

Sissi, quien teme que la ofensiva militar israelí empuje a los 2,3 millones de gazatíes a cruzar la frontera hacia Egipto, culpó a la casi desaparición de cualquier presión internacional sobre el gobierno de Netanyahu y los palestinos para regresar a las negociaciones.

Sissi citó “una acumulación de indignación y odio durante más de 40 años” y la falta de cualquier “horizonte para resolver la causa palestina; uno que dé esperanza a los palestinos” para un Estado con una capital en Jerusalén oriental.

Mientras tanto, Arabia Saudí destacó sus “reiteradas advertencias sobre el peligro de la explosión”.

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