
El otoño trae consigo desafíos alérgicos, especialmente debido a la proliferación de ácaros en ambientes cerrados. A medida que las temperaturas bajan, nuestros espacios tienden a ventilarse menos, lo que aumenta la exposición a estos alérgenos. Además, los niveles de humedad aumentan, contribuyendo al problema. No olvides que los ácaros pueden haberse acumulado en tu ropa de abrigo, que vuelves a utilizar después de guardarla durante los meses cálidos.
Las alergias más comunes en otoño, como la rinitis y la dermatitis atópica, presentan síntomas similares a las de la primavera. Estos incluyen la inflamación nasal y ocular, así como erupciones cutáneas y picazón intensa.
Para reducir los riesgos alérgicos en tu hogar, es esencial mantener una buena higiene. Cambia los filtros de tus acondicionadores de aire y lava regularmente sábanas y prendas, especialmente las de lana.
Afronta el otoño con conocimiento y precaución para disfrutar de esta temporada sin preocupaciones alérgicas.